El castigo de un océano
la conciencia
de una
realidad desbaratada desbordada de
sus cauces lógicos la violentada esfera de las ruedas
del tiempo sin hoy ayer siempre. Las pasiones desatadas la pérdida
de las nociones básicas de respeto sólo el impulso de uno mismo sin atenderse siquiera a la
experiencia a esas cláusulas ascendientes sobre las voluntades y veleidades. Sólo el ánimo
desquiciado y una esperanza en la gravedad de ser humano a secas.
san sebastián, 20 de agosto de 2002