mañana lameré todas tus heridas a todos los hombres
sobre tu sexo envejecido a veinte la hora en rebajas
tienes ya cuarenta años y la mirada hueca sin un soplido
te extraño antes de desnudarme ante ti ¿qué pides?
¿qué quieres? todo se cierra en un trato con tus sudores
los míos las sardinas vuelan asestan tremendas puñaladas
que sufre la tarde aún hay cartas con remite chileno
amarillas justo las lámparas abren su silencio.