La obediencia


escucho la ceremonia de volverte princesa

lágrimas envidiosas rumor de aguas tibias

quedan unas palabras aún por malgastar las suelas

un incierto adiós un beso de soslayo sin interrogaciones

dicen los versos una despedida una casamentera

locura al mismo que la arena borra la esencia

de tu pulso de tus carreras húmedas de mi piel

y la tuya prietas contra los muros salinos

escucho ya el trueno la trascendencia de la renuncia.