La casa cerrada


una vecina llama a la puerta avisa

a tu amante que no sea tan rudo llámale

la atención callas para no pronunciar su nombre

secreto y cierras el espejo componiéndote

la ropa y los recuerdos y el sudor sin él

con otro que no tiene más cuerpo que el desnudo

trance de una noche gratis con mañana y desayuno.

no sé por qué no abrí aquella ventana.