La pista de salida


un escándalo ante una puerta cerrada unos gritos

de mujer de hombre sin llegar de momento a las manos

nadie sabe la nacionalidad de ninguno de los implicados

nadie calma los ánimos la furia de los dioses

concentrada en cada gesto insinuado vecinas suspiran

buena gente buena gente más que arreciar nunca cesan

ni siquiera platos cubertería varia por el suelo por la calle

la prisa de recién casados algún bebé llora

demostrando que será un prodigio en ciencias filosóficas

y de conducta su madre lo reprueba lo insta a callarse

mujer y hombre descansan su duelo alguien gritó

alguien dijo que fueron buena gente y los pasos

se alejan para siempre alguien llamó a la policía

y envenenó la prisa de librarse por fin de su marido.